La Asociación Cántabra de la Empresa Familiar ha celebrado un nuevo taller de protocolo familiar en el que se ha tratado como punto clave el proceso de sucesión en la empresa familiar. La jornada ha estado protagonizada por Manuel Baldena Garayo, socio director de Prosuces Consultores de Empresas Familiares, quien ha concluido que las empresas familiares centenarias consideran necesario “educar a los hijos como buenos accionistas” y establecer un acuerdo básico que permita “tomar decisiones anteponiendo la Empresa por delante de la Familia” cuando éstos afecten a la unidad familiar.
De lo que se trata es que la familia y empresa establezcan objetivos comunes que les permitan tomar decisiones en conjunto para evitar que la familia se convierta en un obstáculo del desarrollo empresarial, ha asegurado el experto en mediación y terapia familiar y licenciado en Derecho por la Universidad del País Vasco.
También ha afirmado que “el trabajo en la empresa familiar es un compromiso de vida que requiere una gran motivación”, por ello recomienda “invertir tiempo y esfuerzo en mantener buena relación”. Los accionistas de una empresa familiar deben “custodiarla” y “engrandecerla” hasta la siguiente generación, ha concluido.